Cuando lanzas un emprendimiento, en la etapa early stage, todo es micromanagement. Hasta la más mínima de las decisiones es supervisada por el CEO. Pero a medida que transcurre el tiempo, y crece el equipo, se vuelve imprescindible construir confianza y comenzar a delegar.

El micromanagement, o la micro gestión de la toma de decisiones, es un gran elemento que sirve a impulsar un proyecto o una empresa en su etapa inicial, pero a largo plazo se puede convertir en un verdadero problema para su crecimiento. Inclusive CEO de empresas muy consolidadas les cuesta evadirse del día a día, y a pesar de contar con líderes independientes y equipos de gran escala, buscan estar al corriente de todo lo que ocurre.

La efectividad del Micromanagement

Decíamos que existen situaciones en las que sí resulta efectivo microgestionar las decisiones, estar encima de las personas, indicarles cuál camino tomar o qué hacer en determinada circunstancia. Forma parte de un proceso de aprendizaje, inclusive si en nuestra filosofía se encuentra la opción de «permitir el error».

Podemos entonces identificar al menos 3 prácticas en las que el micromanagement puede ser valorado como una solución efectiva:

1. Entrenamiento de nuevos empleados: Proporcionar supervisión cercana al principio puede garantizar que se comprendan los procedimientos y expectativas.
2. Tareas críticas o de alto riesgo: En proyectos donde los errores pueden tener consecuencias graves, la supervisión detallada asegura precisión.
3. Falta de experiencia o habilidades en el equipo: Si los miembros carecen de competencias clave, un líder puede intervenir más hasta que desarrollen autonomía.

Y a estos aspectos, podremos sumarle también 10 efectos negativos que supondran un reto para la productividad del equipo y la organización en su conjunto:

El caso de Boxed y cómo salir a tiempo del micromanagement

Chieh Huang, CEO de Boxed, tuvo la oportunidad de abordar muy bien los pro y contras del micromanagement en las distintas etapas de crecimiento de su empresa.
En su charla TED, reflexiona sobre cómo el micromanagement puede perjudicar la productividad y el crecimiento de un equipo. Huang explica que, aunque supervisar minuciosamente las tareas puede parecer efectivo a corto plazo, a largo plazo socava la confianza, disminuye la creatividad y desalienta la autonomía. El liderazgo eficaz, según Huang, implica delegar responsabilidades y confiar en los colaboradores, lo que genera mejores resultados y un equipo más motivado.

Vale la pena tomarse 12 minutos para conocer su punto de vista:

Para evitar las prácticas de micromanagement y construir un liderazgo que fortalezca la cultura organizacional, es clave fomentar la autonomía de los empleados. Esto implica delegar responsabilidades con claridad y confiar en que el equipo puede cumplir con sus tareas sin una supervisión excesiva. A su vez, establecer metas claras ayuda a que los empleados comprendan los objetivos sin que el líder deba intervenir en cada detalle.

La comunicación abierta y un sistema de retroalimentación constante son esenciales para mantener a los empleados alineados y darles apoyo cuando sea necesario, sin caer en el control excesivo. Un enfoque en el desarrollo de competencias también es crucial para que el equipo adquiera las habilidades necesarias para trabajar de manera independiente y con mayor confianza.

El punto central para los líderes, es que deben enfocarse en monitorear los resultados y no en los procesos, permitiendo a los empleados encontrar su propio camino hacia los objetivos. Esto refuerza una cultura de confianza, en la que los colaboradores se sienten valorados y motivados a dar lo mejor de sí mismos, lo que resulta en un entorno organizacional más saludable y productivo.