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En contextos donde la volatilidad redefine prioridades, el análisis de escenarios se vuelve clave para elevar la calidad de las decisiones ejecutivas. Permite tensionar supuestos, evaluar inversiones con rigor y asegurar que la estrategia resista futuros diversos.

Escrito por Andrea Marriaga Benavides (Faculty Member de Cratorn SOM)

Tomar decisiones ejecutivas no se trata solo de elegir lo que parece mejor hoy, se trata de preparar la organización para futuros posibles, no importa cuán sólido sea tu plan: una crisis económica, un cambio regulatorio o una disrupción tecnológica pueden derrumbarlo en semanas.

El reto no está en la incertidumbre, esa siempre existirá, sino en la capacidad de anticipar distintos escenarios y fortalecer tus decisiones para que resistan los vaivenes del entorno.

El problema de decidir en línea recta

La mayoría de líderes toman decisiones proyectando una sola tendencia: que las ventas crecerán a cierto ritmo, que el mercado se comportará igual que antes, que la regulación no cambiará demasiado.

Pero la historia demuestra lo contrario: pandemias, shocks petroleros, revoluciones digitales, aranceles inesperados. Cuando todo se sacude, los que planearon solo un camino terminan reaccionando tarde.

Por lo que terminamos reaccionando y no anticipándonos

El análisis de escenarios no busca adivinar el futuro, sino imaginar varios futuros plausibles y poner a prueba las decisiones contra ellos. Es un ejercicio de disciplina estratégica que permite a los líderes hacerse preguntas incómodas:

  • ¿Qué pasaría si nuestros costos se duplican?
  • ¿Qué hacemos si la regulación cambia radicalmente?
  • ¿Sobrevive nuestra estrategia si el mercado se contrae un 20 %?

Responder hoy a estas preguntas permite actuar mañana con confianza. Aquí te compartimos un ejemplo de escenario posible sobre el que trabajar.

Cuatro claves para decisiones ejecutivas más sólidas:

1. Mapear las incertidumbres críticas

Identifica las variables que más pueden mover tu negocio: economía, regulación, competencia, tecnología. No todas importan igual, pero unas pocas tienen poder de cambiar todo.

2. Construir futuros plausibles, no predicciones

El valor de los escenarios está en abrir la mente: al menos tres (base, optimista, pesimista) te obligan a ver tus decisiones desde diferentes ángulos.

3. Probar tus iniciativas contra los escenarios

Una apuesta puede lucir brillante en el futuro optimista y desastrosa en el pesimista, los escenarios revelan cuáles son verdaderamente resilientes.

4. Diseñar estrategias adaptativas

No se trata de tener un plan perfecto, sino planes flexibles y señales claras que te indiquen cuándo cambiar de rumbo.

 

Cómo Rolls-Royce convirtió la incertidumbre en su ventaja estratégica

A mediados de la década pasada, Rolls-Royce plc atravesaba un momento crítico: caída de pedidos, desplome del petróleo, impacto post-Fukushima y cinco advertencias de beneficios en menos de dos años que hundieron sus acciones en más del 50 %.

Con un nuevo CEO en 2015, la compañía entendió que no bastaba con ajustar cifras: necesitaba repensar su estrategia a largo plazo. Fue entonces cuando decidió introducir la planeación de escenarios como herramienta central para orientar sus decisiones.

¿Qué hicieron?

  • Seleccionaron a 25 ejecutivos de distintas áreas para un taller intensivo en 2016.
  • Identificaron factores clave para 2040: digitalización, regulación ambiental, migración, mercados emergentes y trayectorias tecnológicas.
  • Crearon tres escenarios plausibles:
    1. Un mundo de alta conectividad y colaboración.
    2. Un nuevo orden global liderado por China e India.
    3. Un futuro digital dividido y desigual.

El resultado

Desde entonces, toda propuesta de inversión debía demostrar viabilidad bajo los tres escenarios, si no sobrevivía, se descartaba. Este cambio convirtió los escenarios en brújula estratégica y ayudó a la empresa a priorizar proyectos resilientes, como la eficiencia en motores, que resultaba valiosa en todos los futuros posibles.

La lección

Los escenarios no predicen el futuro, pero obligan a cuestionar supuestos y tomar decisiones que resistan la incertidumbre. Para Rolls-Royce, fueron el punto de quiebre entre seguir reaccionando y comenzar a anticipar.

Lo que aprendemos de todo esto

En este artículo vimos cómo los escenarios fortalecen las decisiones ejecutivas, y Rolls-Royce es un ejemplo claro de cada punto:

  1. Permiten mapear incertidumbres críticas. La compañía analizó factores como digitalización, regulación ambiental, migración y trayectorias tecnológicas para identificar los riesgos más determinantes hacia 2040.
  2. Obligan a pensar en futuros múltiples y plausibles. Construyeron tres escenarios radicalmente distintos para probar cómo se verían afectadas sus operaciones bajo contextos diversos.
  3. Revelan cuáles decisiones son resilientes bajo distintas condiciones. Al someter sus iniciativas a los escenarios, descubrieron que invertir en eficiencia de motores era una apuesta segura en cualquier futuro.
  4. Fomentan una cultura de adaptación y confianza estratégica. Desde 2016, ninguna inversión se aprueba sin pasar por la prueba de escenarios, integrando la incertidumbre como parte del proceso de decisión.

En medio de una de las peores crisis de su historia, la compañía usó los escenarios como brújula para redefinir inversiones y preparar su camino al 2040, lo que pudo haber sido un ejercicio académico se convirtió en el motor que les devolvió dirección y resiliencia.

Decidir bien no garantiza que todo saldrá perfecto. Pero sí garantiza que tu organización está lista para enfrentar lo inesperado, por que las decisiones ejecutivas más sólidas no nacen de certezas, sino de la capacidad de pensar en escenarios y preparar estrategias que sobrevivan a ellos.

 

Equipo de líderes ejecutivos interactuando y colaborando en un entorno moderno, reflejando la dinámica de aprendizaje y networking del Executive MBA de Cratorn SOM.